La vida despues de su Hermosura

Mi vida no es especial pero es MI vida, y como tal, yo la banco. Agobiado por la crisis del gasoil, preocupado ante el avasallador aumento de la canasta familiar publicado por la elocuente Lita de Lazzari; y feliz y a la vez triste por la muerte del Cazador de Cocodrilos, decidí ponerme al día con mi Blog que tan olvidado lo tenía... o no CUCU??.
Algún día, algún pensador contemporáneo pensativo y taciturno, pretendió darle cierto significado a sus sentimientos; y reflexionó sobre el pronombre personal: “ELLA”, refiriéndose a una mujer obviamente. Definió y caracterizó al mencionado pronombre con un adjetivo que el consideraba apropiado: Timidez. Dicho adjetivo para este peculiar hombrecito, englobaba y explicaba a través de la contrastación empírica, lo que él sentía cuando estaba al lado de ELLA. Como se puede apreciar, nuestro filósofo se veía imposibilitado en decirle a su amada cuanto la amaba, debido al extraño y traicionero sentimiento denominado timidez. Lo que él siempre intentó decir y expresar en palabras de amor, nunca dio sus frutos a causa del temor al rechazo y la no aceptación de su ELLA. Siempre creyó que ser sincero era lo mas conveniente para demostrar y dar a conocer la locura que sentía por alguien con la que nunca habló, a la que nunca besó; pero nunca tuvo en cuenta cuan fuerte puede llegar a ser la “timidez” existente (en diferentes grados) dentro de cada persona. Así que una vez descreído de todo, su locura dentro de su locura, le procuró amarla en secreto y respetarla de cualquier tipo de acción que ella efectuase. Es por ello, que nunca tuvo el tiempo suficiente para describir cuanto la amó. Murió como un mártir a la que ninguna mujer pudo corromper. Murió solo y en silencio en algún lugar del mundo comiendo y exprimiendo naranjas para consolar su soledad. Murió pensando en ella. Murió soñando que algún día por fin, todos sus escritos y todas sus suplicas, se tornarían realidad.